Hola a todos de nuevo.
Hoy vengo a hablar de una manera más personal de uno de los jugadores que más he idolatrado junto con Xavi, Messi y Piqué, pero no de su faceta como jugador, sino de su faceta más personal, como persona que encarna unos valores que creo que cualquier deportista y persona debería tener. Hoy vamos a hablar de Andrés Iniesta Luján, jugador del Barça hasta el 2018.
Iniesta nació el 11 de mayo del 1984 en Fuentealbilla, una población muy pequeña de la provincia de Albacete. Allí pasó toda su infancia y jugó en el Albacete en sus primeros años hasta que le surgió la oportunidad de jugar en el Barça. Su respuesta primera a la idea de jugar en Barcelona, con lo que ello conllevaba (irse allí a vivir) fue un no rotundo. Andrés no quería separarse de su familia, sobre todo de su padre, al que idolatraba como persona y con el que tenía una relación increíble. Sin embargo, el sueño de su padre siempre fue verle jugar en un equipo grande. Sus padres, de familia humilde, gastaban gran parte de sus sueldos en las botas de fútbol de Andrés. Su padre siempre decía, "aunque no pueda, mi hijo tiene que tener las mejores botas". Así pues, y por cumplir el sueño de su padre, Andrés se dispone a viajar a Barcelona, para vivir en la Masía y jugar en el Barça.
El primer año de Andrés es durísimo. Echa de menos a sus padres, llora por las noches y no se acostumbra a la distancia. Sus padres le van a ver cada dos semanas, pero esto no es suficiente para él, incluso se plantea dejar el Barça y volver a Albacete. Sin embargo, al final se convence de que es lo mejor para su futuro, y comienza a acostumbrarse a vivir en Barcelona solo. En las categorías inferiores del Barça comienza a destacar, un jugador pequeñito, con poco cuerpo, muy rápido regateando y muy buen pasador. Iniesta debuta con el Barça en Champions en octubre de 2002, y a pesar de que estuvo a punto de salir al Atlético de Madrid, en la temporada 2005-06 comienza a hacerse un hueco en el 11 de la mano de Frank Rijkaard. El resto, de su etapa futbolística, creo que es conocida por todos.
Ahora bien, creo que lo importante de Andrés, es su lado personal. En primer lugar, su humildad. Él siempre recuerda sus orígenes con una sonrisa de oreja a oreja, todos sus vecinos dicen lo mismo. Andrés es igual que antes de jugar en el Barça, un chico tranquilo, trabajador, educado. Los valores que sus padres le han inculcado, y que la fama no le ha hecho perder. Ha jugado con los mejores, ha sido el mejor, ha estado cerca de ganar un balón de oro, pero Iniesta sigue siendo igual que el chaval que jugaba en el Albacete por diversión al fútbol.
Para acabar la entrada, quiero hacer referencia a la foto que he puesto en el post. El día más importante de su vida, cuando mete el gol que hace a España campeona del mundo por primera vez, recuerda a su amigo Dani Jarque, futbolista del Espanyol (rival histórico del Barça) que había fallecido ese mismo año. Hasta ese punto, Iniesta es una persona para admirar.
Hasta la próxima entrada!
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